Tenemos que apostar por la discriminación positiva en el ámbito laboral de las personas con mayor dificultad de empleabilidad, entre las que se encuentran las personas con discapacidad intelectual. Este colectivo constituye un grupo poblacional con especial riesgo de sufrir más rápidamente y de forma más violenta los efectos de una situación económica adversa como la actual.
Debido a los recortes en los Presupuestos Generales del Estado para el año 2012, la partida destinada a subvenciones para la inserción laboral de colectivos con especiales dificultades, se reduce en un 30% aproximadamente respecto a 2011.
Según los datos publicados por el Servicio Público de Empleo, en el primer trimestre de 2012, la contratación de personas con discapacidad ha disminuido respecto a años anteriores generando un revelador cambio de tendencia.
Un estudio realizado por Fundación Adecco en España señala que 55,6% de los encuestados con discapacidad prefieren trabajar en la empresa ordinaria, frente a un 41% que se decanta por los Centros Especiales de Empleo, cuyo objetivo es iniciar a las personas con discapacidad en el régimen de empleo normal, realizando un trabajo productivo, remunerado y con apoyo, y un 3,4% que se inclina por otras modalidades laborales como el empleo autónomo.
Desde organizaciones como la nuestra, tratamos de generar las oportunidades necesarias para que todas las personas con discapacidad puedan integrarse en el mundo laboral, trabajamos para que este colectivo gravemente afectado por la situación actual, tenga una formación adecuada y adaptada, pero sobre todo, para que ellos mismos tengan el derecho de poder decidirmen qué tipo de empleo quieren seguir desarrollándose.
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